CUENTOS EN REMOJO





EL FRASCO DE ALQUITRÁN

El Profesor tiró al mar el frasco de ácido, convencido que era  de alquitrán. Esa misma noche los aldeanos vieron que el mar se fue tornando brillante y de varios colores. Todos corrieron a preguntarle sobre el extraño fenómeno; pero el Profesor se limitó a decirles que era necesario tomar muestras de agua para llevarlas al laboratorio.

Después de un exhaustivo análisis de las muestras recogidas, el Profesor llegó a la nefasta conclusión de que era muy posible que se pudiera estar gestando un monstruo marino a causa del contacto del ácido con el agua salada. A los pocos días empezaron a desaparecer aldeanos. Las sospechas del Profesor fueron creciendo. Las noticias de más desaparecidos iba en aumento, y los isleños reportaban al Profesor  hallazgos de cadáveres encontrados en las playas aledañas. 

Una mañana las calles de la aldea amanecieron llenas de muertos. Horas después vieron emerger de las profundidades una criatura gigantesca. Los aldeanos, confundidos bajaron con sus equipos de buceo a investigar. Descubrieron una cueva llena de huesos y huevecillos. Uno de los aldeanos dijo: “son las personas desaparecidas”. “Alguien las trajo hasta aquí para comérselas”. Al momento escucharon a sus espaldas un fuerte rugido. Era el monstruo. Los aldeanos, apresurados salieron en sus lanchas. Al arribar a la isla, la emprendieron contra el Profesor. Este, muy calmado, les contó la verdad y les reveló el secreto para deshacerse de la extraña criatura. Pero lo que no sabían los aldeanos y el Profesor, era que el frasco de ácido seguía en el fondo del mar produciendo huevos de monstruos al contacto con el agua salada.

Camilo Blanco Beltrán, Textos en remojo, Cartagena, Edit. El Sudor de la Lengua, 2004.


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