Las Antillas y Colombia bajo una misma estrella



Por: Rogelio España Vera

El motivo de este trabajo fue un hecho muy significativo ocurrido en Octubre de 1.996 cuando en la sede del Colegio INEM Manuel Rodríguez Torices de Cartagena, se presentó el grupo cubano Colé Colé, cuyo director era Andy Gola, pero su cantante resultó ser el Tuto Jiménez quien había estado con el Grupo Niche y además es el autor de El Consejo de Madre, tema obligado para el segundo domingo de Mayo.

¿Qué hacía un colombiano en una orquesta cubana, si muchos de nosotros teníamos el esquema mental de que lo mejor musicalmente está en el triangulo Nueva York, Cuba, Puerto Rico? Ligado este episodio al hecho que sienten los cubanos cuando llegan a la Heroica, de sentirse como si estuvieran en su propia tierra y viceversa, el sentimiento de un cartagenero cuando llega a Santiago o La Habana. Debo confesar que el impacto en ese momento fue grande por aquello de que “nadie es profeta en su tierra”.

Ese mismo día entrevisté a Andy Gola, a dos cantantes cubanas muy jóvenes y a Tuto Jiménez quien me manifestó que en la orquesta cubana le había ido mejor, comparado con el grupo de Varela. Estas situaciones me obligaron a estudiar más a fondo sobre esa relación cultural entre los países colindantes con ese Caribe indómito como lo había identificado el Doctor Jaime Eduardo Camargo Franco. Así como el Sol brilla de igual manera para las Antillas y para la tierra que lleva el nombre de Colón, así también encontramos que los aires musicales antillanos han impactado mucho en nuestro país y viceversa. No sobra decir que el fenómeno hoy día llamado salsa, denomínese como son cubano, mambo, cha cha chá, pachanga etc, lo mismo que la música jíbara puertorriqueña hacen parte del referente musical cartagenero, barranquillero, samario, monteriano sincelejano, magangueleño etc, tal como lo he podido comprobar en los encuentros de coleccionistas de música afrolatina que se han realizado en esos lugares.

RELACIÓN CUBA – COLOMBIA.

La relación cultural musical entre estos dos países data de mucho tiempo atrás, cuando un cubano  de nombre Manuel del Socorro Rodríguez, crea en la capital del reino de la Nueva Granada El Papel Periódico de Santa Fe, que fue el primer órgano informativo en estas tierras y posteriormente vemos a Pedro Romero dirigir la gesta de independencia en el Getsemaní Glorioso.
En la Historia Musical encontramos que el colombiano Alejandro Pujals, llegó a dirigir la Academia Musical de La Habana y de allí en adelante la interrelación cultural ha venido manifestándose muy bien, tal como lo podemos demostrar con los siguientes hechos referenciados por el investigador chocoano Luís Ramón Garcés Herazo:
BRINDIS DE SALAS.  Si de Paganini se dijo que su violín estaba pactado con el Diablo, de Brindis de Salas hay que decir que tuvo pacto con los coros celestiales. El estuvo por tres meses en Medellín en 1.988 y fue acompañado por los músicos Gustavo Vidal, Jesús Arriola y Rafael D Alemán, todos ellos músicos de conservatorio. Realizaron conciertos pro fondos a la academia musical Santa Cecilia, y para el escritor y periodista Julián Pérez, interpretaron obras de Vidal y Pedro Morales Pino.
El 11 de Noviembre de 1915 Daniel Lemaitre presentó diez danzones entre ellos La negra Sinforoza, El automóvil Ford, Su mercecita y la Cachimba, que fueron tocados por bandas.
El porro La pringamoza creado por el saxofonista Santiago Guerrero fue cantado en 1920 por los cubanos  Miguel de Grandy y Pilar Arcos.
En 1919 el trío colombiano integrado por Alejandro Wills, voz y guitarra, Alberto Escobar en el tiple y Miguel Bocanegra en el violín interpretan música cubana como Pensando en ti, de Manuel Corona, La Mora de Eliseo Grenet y Quien tiró la bomba registrado por Miguel Matamoros en 1938.
El bambuco “El Enterrador” con letra de Victorio Vélez y arreglos de Luís Romero fue grabado por Floro y Miguel e interpretado por el Cuarteto Villalón y grabado por Abelardo Barroso como milonga, también por Carlos Embale y su conjunto.
Barbarito Díez y la orquesta de Antonio María Romeau graban en ritmo de danzón un pasillo anónimo con letra de Julio Garavito.
El bambuco Asómate a la Ventana de Luís Romero y Alejandro Flórez también fue grabado por orquestas cubanas.
El dúo Fortich-Valencia grabó El Alacrán (son), Elube Changó, (afroson) y las guarachas, Silverio, Facundo y la luna, Pico y Pala y algunos boleros
Fueron varios los temas colombianos grabados por María Teresa Vera.  Alberto Villalón le hace los arreglos al poema “Bodas negras” del gran vate de Chiquinquirá Julio Flores,. hermano de Alejandro.
Bienvenido Granda cuando vivió en Barranquilla y Medellín en 1954, grabó varios temas de Lucho Bermúdez, de Edmundo Arias, Juancho Esquivel y Antonio María Peñaloza.
También estuvieron en Colombia el Trío La Rosa, Kiko Mendive, Tito Gómez, cuyo verdadero nombre fue José Antonio Jenneiro, Chelita Castro, Olga Guillot, el Cuarteto Rufino, Luisito Plá y sus Guaracheros, Los  Jóvenes del Cayo, Ester Borja y los Hermanos Rigual.
Sarita Herrera, la soprano de Barranquilla, grabó con la orquesta de Erick Madriguera y actuó con Xavier Cugat en varios sitios de Nueva York.
Carlos Julio Ramírez llegó a ser vocalista de Xavier Cugat, actuando en el Music Hall y en el Waldorf Astoria, grabando también algunos boleros de Eliseo Grenet y Ernesto Lecuona.
Estercita Forero actuó en Santiago de Cuba y Oriente llegando a grabar con Bimbi y su Trío Oriental, René  Touzet y el Trío Maravilla.
La Múcura de Crescencio Salcedo fue grabada por el dúo Cabrisas- Farach en 1954 y por  Benny Moré, quien además grabó Pachito e’ Ché y San Fernando, lo mismo que Las Mirlas, tema que según versión del Doctor Herazo se le atribuye a Clímaco Vergara y según José Portacio a Jesús María Trespalacio y Gonzalo Hernández. También fue grabado por Rolando Laserie  y el Trío Los Armónicos. Ambos temas fueron muy tarareados y escuchados en Cuba en la década del 50. Después llegó Lucho Bermúdez invitado por Ernesto Lecuona a participar en el Festival de Música Latinoamericana en La Habana.
Posteriormente pasa a dirigir las orquestas de Ernesto Lecuona y la del Bebo Valdés.
La Lecuona Cubans Boys, graba Campanitas de Cristal en ritmo de cumbia y La Comparsa.
Miguelito Valdez graba en Medellín la cumbia Prende la Vela.
En 1.939 la orquesta Casino de  la Playa alterna en Barranquilla con Antonio María Peñaloza y Pacho Galán, el trombonista Guido Perla,   el baterista Juan Manuel Valcárcel y los saxofonistas Julio Lastra y Mariano Hernández.
Desde 1950 Medellín se convierte en el escenario por excelencia donde se confundían los músicos colombianos con los extranjeros, destacándose la Orquesta Femenina Anacaona, el Cuarteto de Isolina Carrillo, Bola de Nieve, la Orquesta de las Hermanas Lago. La Sonora Matancera y  Benny Moré con las colombianas de Lucho Bermúdez, Edmundo Arias y Antonio María Peñaloza.
Según el investigador musical y gran hombre de radio Marco T Barros Ariza, en 1940 llega a Barranquilla Guillermo Portabales, acompañado de Roberto Moya, guitarrista, haciendo muchas presentaciones en las emisoras La Voz de la Victor y  La  Voz de Barranquilla. Permanecieron mucho tiempo en nuestro país, porque no se atrevían a regresar a la isla, por el temor a las minas submarinas que habían colocado los Nazis en casi todos los mares.
El Trío Matamoros también permaneció por una larga temporada en nuestro país, dejando esos empalagosos ritmos y hasta se dice que Don Miguel, dejó un vástago aquí en la Heroica, según lo dejan entrever las investigaciones practicadas por los licenciados Jorge Valdelamar y Juan Gutiérrez Magallanes.
La Rumbavana llega a Colombia en 1940 y permaneció un largo tiempo, llegando ellos a integrarse  con músicos colombianos, hay testimonios fotográficos de esto.
La  Orquesta Sonolux, estuvo integrada por músicos de Cuba y Colombia y fue creada en 1960 por Guillermo de Bedout y se mantuvo hasta 1.963. Su reparto artístico fue así: Directores: Juancho Vargas ( quien  además tocaba el piano), Antonio María Peñaloza, Luís Uribe Bueno, Edmundo Arias y el pianista Iván Uribe. En el bajo, Pedro Echemendía de la Rumbavana de Cuba. Lo mismo que el trompetista Alberto Díaz y con este mismo instrumento estuvieron por Colombia, Manuel Cervantes, Miguel Ospino y Rafaél Valero. En el trombón estuvo Arsenio Montes. En los saxos: Gabriél Uribe, Oscar Hernández, Álvaro Rojas, Luís Cataño y Arturo Arango.  En la bateríaaa. Reyes Cervantes, Manuel Gómez a quien apodaban Viroli, los hermanos Guillermo Ramos y Andrés, fue este quien me suministró la información. Cantantes: Frank Cortéz, Henry Castro, Sarita Lascaro. Nubia Ordóñez. Antonio González y la Argentina Lita Nelson, quien canta, Algo se me Va.
Todavía muchos se acuerdan aquí en Cartagena la vez que se presentó  Benny Moré en el Teatro Almirante Padilla. Eso fue en Julio de 1955 y los beisbolistas Rúgero Manotas y Antonio “Manía” Torres, que pertenecían a los equipos a enfrentarse ese día, el Vanitor y los Indios, se  volaron de las concentraciones para ir a ver al Bárbaro del Ritmo. También muchos se acuerdan del desplante  que le hizo el Cara de Foca Dámaso Pérez Prado, al gobernador de la época en Cartagena.
El Jilguero del Magdalena Guillermo Buitrago, cuando Toño Fuentes estuvo en Cuba, se llevó unos temas de él y enseguida le consiguió un contrato para grabar con el Conjunto Casino, pero al llegar a Colombia se encuentra con la noticia de su fallecimiento .De todas maneras de los temas que se quedaron en Cuba, fueron grabados por la Sonora Matancera y el Trío Oriental-

Estos lazos de amistad colombo cubanos, tienen un revés, cuando la Isla de Martí, es expulsada de la Organización de Estados Americanos OEA en Marzo de 1961 en Punta del Este (Uruguay) y casi todos los países América Latina, a excepción de México, rompen relaciones diplomáticas con Cuba y se desencadena, no solo, el bloqueo económico, sino también el cultural, situación que se mantiene hasta el gobierno de César Gaviria en 1993 cuando se reanudan. En todo ese lapso viajar y regresar de la isla era ponerse en el ojo del huracán de las organizaciones de seguridad del Estado y de las fuerzas oscuras que para la época se estaban madurando.
 Pero en medio de todo, así como los tambores en el Centro de África impidieron muchas veces los conflictos entre las tribus, de esa misma manera, la música del Caribe, establecía unos fuertes lazos culturales entre Cuba y Colombia y fue así como nos empezaron a llegar las primeras películas sobre el Benny Moré y el Trío Matamoros, proyectadas por  el Cine Club Bolívar que dirigía el difunto Carlos Menco. Posteriormente el surgimiento del  Festival de Música del Caribe de Antonio  “Mono” Escobar y Paco de Onis, permitieron la llegada de grupos cubanos como La Orquesta  Original de Manzanillo (Que en realidad era una charanga) y el Grupo Son 14, dirigido por Adalberto Álvarez
Dichosos aquellos que llegaron a enterarse a tiempo que Los Guaracheros de Oriente se iban a presentar en el Teatro Colonial, donde hoy día está el Centro comercial Colonial frente al contaminado  Mercado de Bazurto.
Afortunadamente  las cosas empezaron a cambiar desde la década del 90 cuando empiezan a llegar varias orquestas cubanas como La Aragón, la Orquesta Brenda . Colé Colé, Albita Rodríguez, La Charanga Rubalcaba, Sones de Oriente. Celina  y su hijo Lázaro, La Gloria Matancera, el Septeto de Ignacio Piñeiro, Los Cuatro de Belén, Polo Montañéz, La Buenavista Social Club, Orlando “Maraca” Valle, Patato Valdéz, Tata Guines, etc.
Podemos decir que la realización de este certamen es el desenlace de un nuevo amanecer.  Una muestra es la conformación de la nueva orquesta Melodías del 40, con músicos de los dos países.

COLOMBIA-PUERTO RICO.

Los lazos culturales entre estos dos países, también tienen sus antecedentes históricos. Porque hay referencias de que desde comienzos del siglo XX hubo compenetración cultural entre colombianos y boricuas. Así podemos mostrar como en 1928, cuando fue a grabar Antonio María Camacho y Cano en los estudios Brunswick, quien dirigía la orquesta era nada menos que el maestro Rafaél Hernández y fue cuando grabó el porro “Óyeme Lorenza” y en el respaldo el tema “Por lo bajo”. Después fueron llegando al país muchos boricuas, como el mismo Rafaél Hernández, Félix Manuel Rodríguez (más conocido como Boby Capó) Noro Morales, Daniel Santos y según el trabajo investigativo que tiene el escritor Álvaro Suescún, en una foto tomada en Puerto Rico, aparecen, Daniel Santos, Arsenio Rodriguez, Rafaél Hernández y otros, acompañados por el poeta cartagenero Jorge Artel y la Novia de Barranquilla, Estercita Forero.
Daniel Santos, vivió en Cartagena llegando a grabar con Pedro Laza. También grabó con La Sonora del Caribe y Los Diplomáticos.
Anécdotas interesantes, dejó el jefe Daniel, como cuando no lo dejaron entrar a la casa de Toño Fuentes y  una vez, al quedar afectado de la garganta, le fallaba mucho la voz y debía hacerse una presentación en el Teatro Miramar, conviniéndose entonces, que Daniel, hacía la mímica y Felipe Zembergman, lo imitaba, poniéndose atrás, quedando el público convencido, pero engañado, porque el cantante en realidad fue Felipe.
Fue tanto el apego de este personaje a nuestro país, que también vivió en Cali donde contrae nupcias con Luz Dary Padredín,  con quien procreó  dos retoños, que hoy día se encuentran en los EEUU
Héctor Lavoe, también vivió en La Sultana del Valle algo más de 6 meses y Tito Gómez graba con Niche Orquesta. Llegando a morir  en Cali.
La bomba y la plena de Portorro, hacen parte del referente musical de muchas ciudades colombianas, como Cartagena, Barranquilla, Santa Marta, Lorica Corozal, Magangué, Montería y otras. Tan cierto es esto, que David Sánchez Juliao, encabeza a una de sus obras, El Flecha, con Quítate de la Vía Perico.
La música Jíbara de Puerto Rico, también hace parta del referente musical de varias ciudades colombianas y sobre todo de Cartagena, e inclusive de algunas ciudades andinas, como Neiva, donde el Jibarito de Lares, puso a vibrar a la multitud.
La Orquesta de Clímaco Sarmiento, alternó en Cali, con el Combo de Cortijo y como ellos interpretaron el tema de Margarita Rivera, Maquino Landera, que fue cantado y grabado por el Poly Martínez, después que la tanda de Clímaco terminó, se le acercó Ismael Rivera al Poly, para manifestarle que se sentía extrañado, por su forma de cantar.
Son muchos los temas de los juglares vallenatos que han sido interpretados por orquestas boricuas como El Gran Combo y La Sonora Ponceña.
Por República Dominicana, sabemos que de igual manera nos deleita, la flauta del Johnny Pacheco o el piano de Damirón. El compás haitiano nos levanta los bellos y cuando escuchamos esa “torta”, desearíamos detener el tiempo
De Jamaica, podemos decir que Bob Marley se ha convertido en un ícono de nuestra juventud.
México, no es antillana, pero se baña con las aguas del Caribe y su música hace parte del referente cultural, de nuestras poblaciones campesinas, dando origen en nuestro país, a la carrilera. Además, de Veracruz es María Antonia del Carmen Peregrino Álvarez. Lo mismo podemos decir de El Salvador, porque la Orquesta de Liíto Barrientos, aquí en Colombia, tuvo integrantes  colombianos, como Remberto Brú y tanto fue el atractivo que tuvo Cartagena, que de esa orquesta se quedaron Rigoberto Lezama y Santos Lazos Umaña. Ambos incidieron en la creación de Toño y su Combo
Tendríamos que escribir un libro para anotar muchos datos interesantes que no podemos señalar en este corto trabajo, pero si es para testimoniar que musicalmente, los colombianos tenemos mucha afinidad, con las Antillas 
 Si la mala aplicación de la política, nos ha distanciado, la música del Caribe nos aproxima. Por eso, tanto el antillano como el colombiano, siente un enorme gozo cuando se escucha la guitarra de Miguel Matamoros, el piano de Damirón. la voz de Héctor Lavoe,  los saxos de Coupé Cloué, las lamentaciones  en el canto de los Rastafaris o el clarinete de Clímaco Sarmiento.
A todos nos quema esa música, a todos nos quema el mismo Sol.

   
















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